domingo, 12 de octubre de 2014

Los mensajes de las estatuas

¿Quién se atrevería a juzgar a un Arcángel? Sin embargo la reciente y sobria inauguración del Memorial de la Ocupación de Budapest por el nazismo fue precedida de una serie de discusiones que no termina de disiparse. Ciertas voces críticas sostuvieron que la imagen de  San Gabriel –sufriente, pasivo, indefenso- atacado por un águila rapaz no refleja adecuadamente el rol de Hungría en la Segunda Guerra Mundial.
 
                     
                         Franz Liszt

Memorial Ocupación













Conocerás al árbol por sus frutos, y a las personas por sus familias. A las sociedades se las conoce a través de sus fiestas y de sus esculturas. Aquéllas son sus madres, y éstas son sus hijas. Budapest es pródiga en estatuas que nos ayudan a comprender sus latidos, sus sueños, sus pesares….

Plaza de los Héroes

Desde luego, no todas las esculturas son iguales. Las creadas hasta mediados del siglo 20 son altivas, graves, ceremoniosas, como los jefes de las siete tribus fundadoras en la Plaza de los Héroes. Mármol y bronce distante que no nos invita a entablar una conversación afectuosa y amena. “De eso se trata el neoclasicismo”, podrán decirme ustedes. Pero no, hay algo más.

                        
                         La Fuente de Matías
Anonymus













El halconero de “La Fuente de Matías” adopta una actitud engreída que no se corresponde con su rango y la pose de “Anonymus” (en Városliget) no denota la vocación comunicativa que  caracteriza a los buenos historiadores. Coincidentemente, ambos se refugian y se apartan en una capucha que revela un misterio impostado, más perturbador que sugestivo, y tal vez carente de un auténtico secreto. Cuando interrumpen su abulia, como el Monje János Kapiztrán, lo hacen con gestos ampulosos y exagerados que concitan menos atención que ganas de cruzar de vereda. Todos muy respetables, pero ¿Quién se acercaría a invitarlos a tomar un café?


                      
                       János Kapistrán

Lenin

Los años de la ocupación soviética trajeron tiranos, íconos y amigos del régimen que hoy mascullan la amargura del destierro, reunidos y encerrados en un predio al aire libre a pocos minutos del centro (*). Aunque exilados, su ausencia no siempre pasa desapercibida.

              
                      
                                               Déryné
Policía en la calle Zrínyi













Afortunadamente la democracia le abrió las puertas a personajes más cordiales. La precursora fue la actriz “Déryné” (¡mujer y artista tenía que ser!) que irradia su luminosa simpatía desde la Plaza Krisztina. Signo de los nuevos tiempos, el Conde Sándor Károlyi y el compositor Imre Kálmán directamente nos dejan un espacio en sus asientos como invitándonos a conversar con ellos.

Conde Sándor Károlyi

Imre Kálmán

En tono más humorístico el robusto policía de la calle Zrínyi se aviene a posar con los turistas que visitan la Basílica y le acarician afectuosamente el abdomen. Pero la comedia no es una condición para concretar el necesario encuentro. Así lo sugiere el poeta Miklós Radnóti, que nos espera enfermizo y agobiado, quizás para compartir con nosotros uno de esos poemas póstumos que escribió poco antes de exhalar un suspiro final, víctima de los trabajos forzados en la última gran guerra.

Miklós Radnóti 


Con urbana sencillez Imre Nagy mantiene la mirada fija en el Parlamento y observa con atención la evolución de la república que él intentó fundar en 1956. Lo hace desde un modesto puente que quizás logre unir un día el alma de todos los personajes esculpidos en la ciudad.

     
                         
                                     Imre Nagy
Imre Nagy (detalle)
  











Angeles grises, guerreros de pedestal, comunistas nostálgicos y artistas bohemios de rostro amable. Entre ellos, más cerca de uno o de otro, pasamos nuestros días los habitantes de Budapest.  ¿Cuál de ellos representa más acertadamente nuestro futuro?

Tenemos derecho a la esperanza. Seguramente el Teniente Columbo, dubitativo y cordial como siempre en su esquina de la calle Falk nos dará la clave para descifrar el enigma.


2 comentarios:

  1. Buscaba escritos actuales desde los hispanohablantes que vivían en Hungría pero hasta ahora no encontraba mucho más, que el estílo "quien conoce un buen peluquero en Budapest" á la facebook... Seguramente volveré a leer los nuevos escrítos aquí, muy informatívo, gracias por compartir sus experiencias en nuestro país.

    Arriba encontraba un error, si me permite corregirlo: "Kriztina" se escríbe correctamente "Krisztina" en Húngaro.

    Un saludo,
    József

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    1. Muchas gracias por el aliento y la observación. Ya está corregido.

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